25/4/11

Independence Life, el comienzo


Bcn, 1.44 de la tarde.
Tras unas 7 horas de vigilia, que empezaron a las 5 de la mañana, solo interrumpidas por el placido sueño del vuelo Alicante - BCN, una comida copiosa y poco saludable en el pans and company y otra hora esperando me apresuro a decir que los aeropuertos son, cuando menos, un sitio peculiar.
Hay personas de todo tipo, es muy curioso ver como todos nos observamos, intentando adivinar qué destino tiene cada uno
Qué trabajos
Qué obligaciones
O quizas solo los miro yo que estoy casi por considerarlo una segunda vivienda, he comido, ido de compras, maquillado, dormido y desesperado, no necesariamente en este orden.

Esperamos, y esperamos.... y esperamos.
Cruzamos las piernas. Las descruzamos, miro el reloj, el tlf, el ordenador... me empiezo a desesperar, doy el follon a mis amigos para decirles lo mismo que hace 10 minutos pero a otra persona. Mama me llama, pregunta si he comido.

Esta soledad rodeada es curiosa, no solo para mi, acostumbrada a todo lo contrario.

Un joven al que mi miopia no me deja adivinar su nombre anuncia a un centenar de personas que estan haciendo cola de pie, que pueden seguir sentados, parten a Munchen, la mayoría alemanes que vuelven contentos de sus vacaciones, algunas familias españolas y un popurri de lo más variado.

Siempre que vengo y voy me doy cuenta de lo pequeña que soy. De que el mundo esta lleno. De gente, que si hoy muriera mañana todo seguiria igual, y es lo bonito y trágico de este mundo.

Un pequeño con una camiseta verde, que dudo que sobrepase los tres años, juega con su avion de jugete frente a la cristalera, imitando a los grandes, creía que no lo entendía porque es pequeñisimo, pero es que habla catalán¡¡
Necesito aprender idiomas.

Casi son las dos... ya solo queda una hora y media...

Aún no me creo que vayamos a aterrizar en Menorca y empezar otra vida. Parece irreal.

Las familias con niños embarcan antes.¿y eso? Supongo que para aligerar, les costará mas cargar con maletas y enanos inquietos y nerviosos.

Mientras tanto ismael serrano suena en mis auriculares recién estrenados.

No sé si me acabaré este solitario o si me voy a poner a buscar como loca mi puerta, quizás aún no esta anunciado... voy a esperar un poco más.

Ya embaca todo el mundo, con o sin niños pequeños. Los que van solos. Los que van y los que vuelven.
Los que quieren y los que no les queda más remedio.
 No embarcan todos, solo los clase bussiness y luego los demás... bueno me queda un solitario pendiente, buscar la puerta, guardar el portatil y esperar pacientemente junto con el resto de viajeros, civilizados y anónimos. Que no saben si voy por placer o por trabajo, hasta yo lo desconozco.


Parte 2:
No ha podido ser, aún no esta escrita la puerta de embarque, y solo falta una hora y media.

Me llama el maño, va a comer, comentamos lo dificil que es servirse y llevar maleta de mano a la misma vez y no dejarse la cabeza.
Y si tienes mi cabeza, no perder nada es un milagro.

Sigue ismael serrano sonando, creo que voy a abandonar la informatica para entregarme a la tediosa lectura de aeropuerto, interrumpida por la fría voz de las llamadas de embarcar, de cambio de puerta, y de que , por favor vigilen sus pertenencias.
No vaya a ser.


Un señor con un camaron de fotos fotografía el avión que parte proximamente. Quizas a Niza, quizas a Varsovia, o a Cuenca. Quien sabe?

Miles de vuelos, de lugares y de personas y oportunidades. Me llega un olorcillo a pan tostado con queso y estoy sinceramente muy muy llena... aun así, mi insaciable apetito no le importaría probarlo.

Los señores pilotos se pasean  como medicos por el hospital. Las azafatas como enfermeras. Con ese aire de ser nosotros pacientes que les debemos la vida.
Mientras mi inspiracion va en claro detrimento debido en parte a la espera, en parte al cansancio, y que, como dice mi madre, de donde no hay, no se puede sacar.

Una pareja italiana discute, mas por matar el tiempo que otra cosa en unos dos sillones al lado mío. Que bonito el italiano. El idoma.

Debería volver a mirar la pantalla... que fastidio. Apagar y empezar.  Y solo ha pasado media hora... en fin.

Incomunicada como Tom Hanks en la pelicula. Cuatro personas, tres chicos y una mujer miran la pantalla de embarques, ultima llamada para destino a Palma, el resto mientras  que miraba la pantalla tienen la carita de un azul electrico que les da un aire a los pitufos cabreados.

Intentando descifrar algo.

Ahora oigo el francés y me acuerdo de la Torre de Babel. En fin.

Que maravilloso el mundo. Que bonitas las personas, el anonimato y quienes pueden ser.

Ahora de una vez, cierro el portatil.

Hasta pronto, nos vemos en tierras menorquinas.

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